La sinagoga era el verdadero núcleo del Call, centro de oración, de cultura y de vida social y se orientaba hacia el Este. Aún cuando actualmente no se conservan restos, se ha podido documentar que en Girona existían tres sinagogas.
La primera de ellas puede que estuviera situada en la plaza de los Apóstoles, concretamente en el ángulo que hoy forman el Museu d’Art y la Catedral. La segunda se situaría en la parte superior de la calle de la Força, al lado de la muralla que conecta con la calle Ballesteries, aproximadamente donde está el Archivo Municipal y el Museu d’Història, antiguamente sede del Instituto y aún más antiguamente convento capuchino. Y la tercera estaba situada en el número 5 de la llamada calle de les Dones, hoy Miquel Oliva.
Según la leyenda, había allí una escalera que conducía a un pasadizo subterráneo que en situaciones de peligro conducía a los judíos a la otra orilla del rio Onyar. Paseando por estos lugares es posible reencontrar o recuperar el espíritu del sabio Nahmánides, más conocido como Bonastruc de Porta.