Los museos no son, o no deberían ser, ni almacenes de objetos valiosos ni visualizaciones más o menos bien organizadas de la memoria, sino presencias vivas y activas de una historia y una realidad de la que somos herederos. Los museos de Girona cumplen en general esta función didáctica de acercar al visitante a unas determinadas vivencias, a una cultura y a un legado. El visitante encontrará en ellos diversidad pero también esta función compartida de ser en su conjunto, el fiel reflejo de una ciudad acogedora, culta y milenaria.