Situada en la confluencia de cuatro ríos y con una gran parte del territorio catalogado como espacio protegido, la ciudad de Girona dispone de una amplia variedad de paisajes que configuran un escenario ideal para la práctica de actividades de turismo y de naturaleza.
Entorno natural
La Devesa
De origen medieval es el más extenso de Girona. Acoge instalaciones deportivas, el Palau de Fires, el Auditori Palau de Congressos, el mercado semanal de los martes y sábados y las paradas y atracciones que se instalan durante las Ferias y Fiestas de Sant Narcís, patrón de la ciudad.
Parque de las Ribes del Ter
Recorre el curso del rio Ter desde Fontajau hasta el Pont Major. Lugar de asueto y de paseo, tiene un interés notable por su riqueza zoológica. En la zona del pabellón de Deportes se celebran toda clase de actos lúdicos, culturales y deportivos.
Ruta de la Piedra
Este itinerario permite conocer las antiguas canteras, formadas por roca sedimentaria calcárea con presencia de fósiles como los numulites de 50 millones de años, material con el que se han levantado la mayoría de los monumentos de la ciudad. El recorrido empieza en las escaleras de acceso a la muralla desde el jardín de la Infancia y prosigue por la torre dels Socors hasta llegar a la torre del General Peralta en dirección al camino de la Ferradura, donde puede verse aún una antigua cantera. Por un camino pedregoso se llega hasta la torre de Alfonso XII punto donde finaliza el itinerario en un magnífico mirador sobre la ciudad.
Valle de San Daniel
Este valle situado en el extremo occidental del macizo de las Gavarres y la calle que lleva su nombre, donde se encuentra el monasterio de San Daniel, son el inicio de diversas rutas que permiten gozar de los paisajes, pequeños senderos y fuentes como las de Pericot, Fita, Lleons o del Ferro. (Foto: Font del Ferro)
Ruta al monte de Sant Miquel
El itinerario empieza en el monasterio de Sant Pere de Galligants, pasa cerca del milenario monasterio de San Daniel y prosigue por el espacio natural protegido de las Gavarres. Un desvío del camino principal permite observar la fuente del Ferro, el agua de la cual es picante y tiene un fuerte sabor del mineral del que toma su nombre. El circuito prosigue por el camino siguiendo el margen de la riera de Miralles atraviesa el puente homónimo y termina en la cima del monte, donde se están las ruinas del castillo de Sant Miquel.
